Los efectos termogénicos, detoxificantes y saciantes del agua son una importante ayuda en la pérdida de peso.
El agua es un nutriente esencial que constituye más de la mitad de la masa corporal total (el 60% en el hombre adulto y el 54% en la mujer). El cuerpo de un bebé prematuro está formado por un 80% de agua, porcentaje que disminuye con la edad y que llega hasta al 45% del peso corporal total en las personas mayores.
Además de su efecto saciante y su función como principal sustancia depurativa del organismo, estudios recientes constatan que un aporte de agua extra a las recomendaciones de ingesta diarias previene la retención de líquidos y ayuda a gastar más calorías durante el día.
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