Oficiales del gobierno y científicos pertenecientes a una institución pública de investigación han ocultado durante dos años los datos obtenidos en un ensayo de campo realizado en Italia donde se comparó maíz GM y maíz no-GM.
Estos datos, muy relevantes para la salud pública, son sorprendentes y significativos. Los ensayos se realizaron en la zona de Lombardía, una región importante en la producción de maíz en el norte de Italia. Estos ensayos compararon dos variedades convencionales de maíz con dos variedades similares de maíz genéticamente modificado para producir proteínas Bt, que protegen al cultivo del barrenador europeo del maíz.
Las dos variedades genéticamente modificadas de maíz Bt (evento MON810) P67 y Elgina, son similares a las que se siembran comercialmente en 20 millones de hectáreas en muchos países, incluyendo algunos estados miembros de la Comunidad Europea.
Para el ensayo, se plantaron estas variedades transgénicas en 2005 en Landriano, en un campo perteneciente a la Universidad de Milán, junto con sus contrapartes convencionales, llamadas P66 y Cecilia.
La comparación de los datos de rendimiento demostró resultados sorprendentes. Las variedades convencionales produjeron entre 11 y 11,1 toneladas de grano por hectárea, mientras que las variedades genéticamente modificadas tuvieron un rendimiento de entre 14,1 y 15,9 toneladas por hectárea. Esto se traduce a un aumento del rendimiento de entre 28 y 43 por ciento.
Los agricultores italianos no están autorizados a cultivar maíz Bt. Teniendo en cuenta el área total de cultivo de maíz convencional en Italia, la diferencia en rendimiento observada en el ensayo, el precio del maíz, y la presión de las plagas, los datos demuestran que los agricultores italianos perdieron entre 300 y 1.000 millones de euros por año debido a esta prohibición.
Estos datos sobre rendimiento fueron divulgados en 2006 por el Instituto Nacional para la Investigación de Alimentos y Nutrición (INRAN, National Institute for Research on Food and Nutrition), una institución dedicada a la investigación, fundada y dirigida por el gobierno, aunque sin el énfasis que se merece. Hay otros datos de estos ensayos de campo que se han mantenido totalmente ocultos hasta ahora, y que son mucho más importantes desde la perspectiva de la salud pública.
El resultado confirma que no sólo el maíz GM es resistente a las plagas de insectos y puede ser más rentable para los agricultores, sino también que el cultivo tiene un efecto positivo sobre la calidad del grano, al reducirse el contenido de fumonisinas.
¿Qué son las fusonisinas?
Las fumonisinas son toxinas producidas por hongos que pueden afectar el crecimiento de la planta de maíz. Estas toxinas son peligrosas tanto para animales como para los seres humanos.
Hay evidencia de que en seres humanos causan espina bífida, un defecto en el desarrollo durante la primera etapa del embarazo que causa discapacidad. Los niños afectados en general no pueden caminar y tienen problemas renales y urinarios; a menudo acompañados por daños cerebrales. En caballos y cerdos, las fumonisinas causan otro tipo de enfermedades.
Los hongos infectan la planta de maíz en crecimiento al entrar a través de una herida. Debido a que el barrenador europeo del maíz causa heridas significativas en las plantas en crecimiento, estas plantas son susceptibles a infecciones.
Es lamentable que se haya prestado tan poca atención a la importancia económica de estos descubrimientos, pero encubrir información con implicancias obvias para la salud es otro tema muy diferente. El gobierno italiano es quien debe explicar por qué estos datos sobre estas toxinas se mantuvieron ocultos.
Los datos se generaron en el sector público con el dinero de los contribuyentes en la Universidad de Milán, un cuerpo público con reputación. No cabe ninguna duda de que estos datos pertenecen al público italiano y que su relevancia para la salud humana y animal es contundente.
Estos datos se deben publicar lo antes posible en revistas científicas reconocidas para así informar a la comunidad científica. De todos modos, es crucial que los datos estén disponibles para todos, para que agricultores y consumidores puedan entender de manera clara los temas económicos y sanitarios en juego. Esto es mucho más urgente, ya que la desinformación y mentiras divulgadas por la campaña “Libre de OGM” (“Liberi da OGM”), una gran coalición de grupos lobbistas, está tratando de imponer una prohibición permanente a los cultivos GM en Italia.
Fuente: AgBioWorld: www.agbioworld.org
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